El trabajo por
proyectos en mi centro es un hecho que vamos consolidando poco a poco gracias a
un grupo de maestras de Educación Infantil que trabajamos con mucha ilusión cada año para hacerlo
realidad.
Cuando llegué a
este centro, hace cuatro cursos, la metodología implantada era la tradicional.
Las carpetas con los métodos antiguos y fichas, fichas y más fichas invadían
nuestras aulas.
Gracias al empeño
de mi compañera de nivel y al mío propio, se nos dio la oportunidad de diseñar
un proyecto para nuestro alumnado de 3 años, donde se nos exigía un documento
perfectamente detallado de todas y cada una de las actividades, objetivos,
contenidos… que íbamos a tratar, sin dejar de lado la realización de la
multitud de fichas inconexas y sin sentido que venían en el método.
La reacción del
alumnado y las familias a esta nueva forma de trabajar fue tan favorable, que
hasta ellas mismas pidieron que siguiéramos con esta metodología el siguiente
curso. Aunque, desde el equipo directivo, lo más que se nos permitió fue elegir
un solo proyecto de la editorial con la que trabajábamos y dos carpetas
trimestrales.
Gracias a la
llegada de nuevas compañeras y a la insistencia de algunas de las que ya
estábamos, unida a las peticiones de las familias, conseguimos que para el
siguiente curso el equipo directivo nos diera la oportunidad de trabajar
únicamente por proyectos, aunque eso sí, con la condición de que se eligiesen
los que ofrece la editorial en cuadernillos.
Y, hasta ahora, así
seguimos, aunque no utilizamos este cuadernillo como guía fundamental, sino
como un complemento a nuestro trabajo por proyectos en el aula.
De las seis clases
que somos de Educación Infantil, cinco trabajamos mediante proyectos y solo una
sigue con el método tradicional, lo que está ocasionando bastantes reacciones
negativas en las familias de este alumnado.
Por otra parte,
algunos/as compañeros/as de Primaria, se están iniciando en el trabajo por
proyectos, aunque no en todas las asignaturas.
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